"Los Muertos" por Bert Hellinger

 "Los Muertos" por Bert Hellinger




Los muertos
Todos los santos y todos los muertos ¿Dónde están los muertos? ¿Acaso han desaparecido? ¿Acaso, con su muerte, se ha terminado todo? Cuando plantas y animales mueren, no cuestionamos si aún siguen presentes, salvo en sus semillas o sus brotes, o en los seres vivos que se alimentan de ellos. ¿Pero, cómo es para nosotros, los humanos? ¿Están nuestra alma y nuestra parte espiritual sujetos a un desvanecer de misma naturaleza? Tal vez no se asemejan a la corporalidad en el ciclo de la muerte, quizás no están ligados a otros, cumpliendo con una función de alimento y de nutriente. Tal vez subsisten de manera diferente, sin soporte material.
Nuestra experiencia con los muertos nos lleva en esta dirección. A veces nos aparecen muy vivos en nuestros sueños, como si estuvieran aún presentes y como si quisieran algo de nosotros que aún les falta. Quizás un reconocimiento o una despedida con amor, para lograr por fin la separación. A veces tenemos que poner orden en cosas que no les deja descansar en paz y les mantiene atados a esta vida. Al hacer por ellos lo que todavía necesitan, al cabo de un rato se alejan como si pudieran finalmente quedar con los muertos y encontrar ahí la paz.
De la misma manera, hay vivos atraídos por los muertos. Sienten nostalgia de ellos y desean reunirse con ellos. Por ejemplo, una madre a veces está atraída por su hijo muerto o un niño por su madre fallecida. Aspiran a la muerte como medio para reunirse con los seres amados que echan de menos. Para ellos, estos muertos están aún presentes y su propia muerte es una continuación de la vida de ellos en este mundo.
Otros experimentan una irresistible atracción hacia la muerte, como si un muerto o una muerta los estuviera arrastrando potentemente hacia ellos. Pareciera como si estos muertos hallaran tranquilidad únicamente teniendo a un vivo cerca o con ellos. Pero tal vez no es el vivo como persona que desean ver a su lado sino sus pensamientos de cariño, su atención y su agradecimiento. Por ejemplo, cuando un niño que temprano perdió a su madre- incluso durante el parto- la mira con amor y le dice desde su corazón "gracias", el anhelo de la madre de encontrarse unida a su hijo en la muerte, acaba. Y el niño deja de percibir el arrastre que lo capta hacia esta muerta.
Un proceso similar existe entre el perpetrador y su víctima, como si el perpetrador estuviera atraído por su víctima. Y algunas víctimas no encuentran sosiego mientras no tienen a su perpetrador tumbado a su lado. Aquí también la víctima se calma cuando siente la mirada de amor del perpetrador, un amor que no vacila ante la propia muerte y que reconoce que el verdadero progreso hacia la reconciliación pasa por una muerte que los hace parecidos y los reúne.
¿Habré hablado ahora de los muertos o sólo de los vivos? No lo sé. Me pasa que no siempre puedo diferenciarlos. ¿Acaso no están ambos presentes, en formas distintas, el uno palpable y el otro disimulado a nuestra mirada?
Los muertos permanecen en el misterio. Nos resultan apartados y próximos a la vez. Tal vez paseamos entre ellos, sin sospecharlo. Pero muchas veces dan a conocer su presencia de un modo potente o angustiador- auxiliando o destruyendo. Vemos que a veces toman posesión de los vivos, por ejemplo de los curanderos, a través de los cuales llevan a cabo acciones curativas asombrosas. Luego el curandero despierta y no sabe lo que ha hecho en especial sino que otro, un muerto, a veces conocido, ha hablado y actuado en su lugar.
Tal vez algunas de las grandes personalidades de la historia, de los que trajeron suma desgracia a un sinnúmero de gente, sufrían la influencia de tales muertos que, por una parte les concedían mucho poder y por otra les protegían secretamente. Tampoco lo sabemos por cierto. Simplemente nos obliga a más cautela en nuestro juicio. Al mismo tiempo, aviva nuestra angustia al realizar más íntimamente nuestra impotencia.
Pero frecuentemente experimentamos la presencia de los muertos en el cotidiano en forma amistosa y entregada, sobre todo los muertos de nuestra familia. Ellos nos acompañan un trecho de camino como si estuvieran aún entre nosotros, hasta llegar a soltarnos.
Y nosotros, siguiendo su ejemplo, les soltamos. La otra pregunta es: ¿qué queda para nosotros que aún estamos en vida, teniendo en permanencia a la muerte en nuestra perspectiva así como ella nos tiene ante su ojo? Y precisamente cuando más la tememos o la echamos a un lado, cuando más queremos ahogar su llamada. Pues nos queda ponernos en sintonía con lo que será, tal como será. Entonces estamos en el ahora y el aquí, con toda confianza.
La muerte un umbral
¿Cuál es este estremecimiento que sentimos cuando, recogidos, oímos la palabra "muerte" y nos abrimos al movimiento interior que esto provoca? Nos situamos frente a algo inquietante y desconocido, que nos atrae a la vez que nos asusta. Es parecido al sentimiento de tener que cruzar un umbral más allá del cual nos espera algo totalmente diferente.
Este paso se asemeja tal vez a un nacimiento.
Al nacer, nos encontramos también propulsados a través de una angostura, el hilo de vida, fundamento de nuestra existencia matricial seccionado y nosotros expulsados hacia la verdadera vida. En aquel entonces el proceso era inconsciente pero aún así estuvimos cogidos por un movimiento que tocó cada célula de nuestro cuerpo.
En cambio, la muerte se nos presenta en cada momento cara a cara. Toda la vida estamos frente a este portal y nos preguntamos: ¿qué nos espera cuando lo crucemos?
Quizás estemos propulsados a través de él, repentinamente, inesperadamente, como en un nacimiento. Tal vez lo crucemos estando recogidos, porque nada nos retiene. Tal vez otro nos empuje por él como si fuera verdugo. ¿Marca esto una diferencia? No lo sabemos. Tampoco sabemos si lo que hubo aquí sigue ahí y se lleva a cabo. Al enfrentarnos a esta puerta, tomamos consciencia de nuestra impotencia. Realizamos cuan pequeños y entregados estamos en lo último. ¿Qué nos queda, pues? Nos queda la vida, el tiempo que dura. En vez de tener la mirada fija en el paso hacia la muerte, nos podemos girar hacia la vida y tomarla en su plenitud con gratitud y alegría. Al término de una vida llena, miramos con más serenidad este umbral, dispuestos para el paso siguiente, cuando, finalmente, la puerta se abra ante nosotros.
La muerte, hombres y mujeres
Extractos del Entrenamiento Internacional de diciembre 2010
Alemania
La muerte
Lo que me guía en todas mis decisiones es que una decisión es siempre sobre vida y muerte. Entonces nos sentimos siempre acompañados por ambas. Es decir, del lado izquierdo está siempre la muerte, pero esta muerte no es algo terrible. La muerte vela por nuestra vida. Por eso también nos encontramos sin miedo frente a ella. Porque ella nos guía a través de toda la vida y, cuando llega nuestro tiempo, nos guía hacia el otro camino.
¿Hacia dónde?
No sabemos.
Sabemos que es algo inconmensurable.
Nos lleva a algo enorme y, si estoy ahora aquí o cuando trabajo, yo también me dejo guiar por la muerte, por mi propia muerte. Y también por la muerte del otro, del que busca aquí ayuda. Entonces entro en sintonía con algo que de verdad cuenta y de esta forma voy a proseguir ahora.
(Se acerca un hombre)
Me tomo mi tiempo. Cierro los ojos.
Estoy esperando una señal de mi muerte y una señal de su muerte. Recibí un mensaje. El mensaje es: “es suficiente”.
Al recibir un mensaje semejante, no es sólo un mensaje para él. Es un mensaje con validez para todos, incluyéndome a mí. Y ahora para todos ustedes significa seguir este mensaje.
(Al hombre) Cierra los ojos y siente lo que este mensaje provoca en ti.
¿Entendiste el mensaje? Lo entendiste?
Hombre: Si.
Hellinger: Y esto es suficiente (sonríe).
A todos.
Con este trabajo, para que nos conmueva lo más profundo posible, a veces es necesaria sólo una palabra, o pocas palabras o, tal vez, una pequeña frase. La pregunta es: ¿De dónde proviene esa señal? Ahora lo experimentaron y cada uno es capaz de recibir también este tipo de señales. Sólo depende de cómo se pregunta y a quién se pregunta.
¿Quieren experimentarlo ustedes mismos?
Cerrar los ojos.
Se imaginan a alguien que los tiene preocupados: tal vez una criatura, tal vez una pareja, tal vez alguien que se encuentra enfermo, tal vez la madre, el padre ó algún hermano.
Tal vez sean ustedes mismos.
Y ahora miran a la muerte. La propia muerte o la muerte de esa persona específica a cierta distancia, frente a ustedes un poco hacia la izquierda. Y ahora se exponen a eso y esperan un mensaje.
(Silencio…)
Esperan un mensaje que traiga felicidad. Un mensaje que quite una presión, un mensaje que rompa una cadena.
(Silencio…)
¿Cómo les fue con esta experiencia? ¿Recibieron alguna palabra? A mí sí me vino una. La palabra es: “AHORA”.
Así ustedes pueden ver que, en este tipo de proceder, se incluye a todos. Cada uno de nosotros. Porque el Espíritu jamás escoge como si amara a uno más que a otro, o como que ayudara a uno más que a otro. Está entregado y abierto a todos con el mismo amor.
Después de una constelación:
¿Quién hubiera pensado esto? ¿Qué pudimos ver aquí?
La intrincación con muertos.
¿Y cuál fue la solución?
La resurrección de los muertos fue la solución.
Resucitar de esos muertos que nos llevan a nosotros a la muerte. Y eso se conoce en este trabajo de constelaciones familiares como una vinculación, como una intrincación.
Y hay diferentes formas de estar intrincado. Nosotros también nos intrincamos en destinos de personas vivas. Aquí fue una intrincación con muertos. Esa es la intrincación más común. Y esta es la intrincación oculta, pero si permitimos que nos dirijan los movimientos del Espíritu sin interferencia de imágenes nuestras en los movimientos de los representantes, esta intrincación sale a la luz. Aquí, con estas otras constelaciones familiares, yo os llevo a otra dimensión y de ahí proviene la solución. Ni siquiera necesitamos saber los detalles.
Meditación
A cerrar los ojos.
Y ahora nos internamos a nuestro cuerpo y sentimos donde se encuentra una línea divisoria. Por ejemplo entre la parte superior y la parte inferior. O entre izquierda y derecha, o entre nuestros pensamientos y nuestros sentimientos, o entre nuestro rechazo y la entrega.
Entonces nos dirigimos hacia este sitio que rechazamos con más intensidad, o que se halla excluido.
¿Qué personas, de las que nos vivenciamos como separados, se encuentran ahí?
Y ahora experimentamos y tratamos de ver y sentir si realmente pertenecen a nosotros. ¿Su destino es el nuestro? También el nuestro, al mismo tiempo, se enfoca hacia otro lado, separándose de nosotros? Es decir, ¿a cambio de acercarnos nos separamos de esto? Y luego resucitamos de esta muerte.
(Silencio)
Y ahora estamos completamente presentes para aquellos que viven.
(Silencio)
¿Cómo se sienten con esto? ¿Más ligeros?
La presencia de los muertos
Vemos con frecuencia que los muertos están aquí y que actúan en nuestro presente. Actúan dentro de la pareja también, cuando algo particular ha acontecido en el pasado.
Es frecuente que la muerte, siendo un proceso, quede sin acabar. En aquella constelación se desveló que al soldado americano que tu padre mató le falta algo para encontrar sosiego. Le falta el respeto hacia su destino y falta la mirada compasiva hacia él y sus padres. El representante de tu padre lo ha mostrado con gran profundidad. No asombra que tu padre se escape en el alcohol. Porque él no ha hecho lo debido.
¡Pero que profundidad se ha dado a ver aquí!
De repente fueron ambos (el padre y su víctima) atraídos el uno hacia el otro por una gran fuerza, con un respeto y un amor particularmente profundos. A partir de allí el camino está libre para el futuro. Así como lo hemos visto, estaba tu padre atraído por la muerte hacia el soldado americano que él había matado. Quería estar con él. Te atrae también en la misma dirección, para morir en su lugar, porque lo amas. Sientes su pena. Tu pena es su pena, lo pudimos ver aquí. Después de la reconciliación entre ellos, tu pena puede ceder, porque tu pena y la suya van a la par.


Anna Amada GB
facilitadora de constelaciones familiares individual online
Tarologa y sanadora energetica de bloqueos y traumas.
Administradora facebook grupo #constelacionesfamiliaresenacción
whashap +34 674837351






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