La Familia de Origen y la Familia Actual según Bert Hellinger. El Genograma Familiar, pareja.
La Familia de Origen y la Familia Actual según Bert Hellinger. El Genograma Familiar
Por nacimiento llegamos a nuestra familia de origen. A el pertenecen las generaciones anteriores a nosotros de abuelos, bisabuelos, tatarabuelos y toda la línea de ancestros. Además, nuestros padres y hermanos…y a veces, se incluyen en ese sistema algunas personas con las que no tenemos un vínculo de sangre. Son personas que se han visto estrechamente implicadas en el destino de la familia, o han hecho sitio en el sistema para que nosotros estemos aquí hoy.
Por consiguiente, aquellos que han hecho lugar para nosotros, también pertenecen a la familia: anteriores relaciones de pareja de los padres, los abuelos o bisabuelos. Toda pareja anterior que haya jugado un papel importante, ya sea como un gran amor, un compromiso o un matrimonio, forma parte del sistema. Y también otros a través de cuyo sufrimiento la familia obtuvo un beneficio.
Sería el caso de una familia que tuvo un único hijo que murió de forma prematura en un accidente, sin tener descendencia y ellos dan toda la herencia a otras personas, a otra familia, entonces ese hijo pertenece de alguna manera a esa otra familia. Él tiene que ser incluido y reconocido en esa otra familia para poder conservar y disfrutar de la herencia.
Además hay otros individuos que, pareciendo extraño, también forman parte de este sistema. Son aquellas personas a cuya costa la familia ha obtenido un considerable beneficio, como aquellos que dieron la vida por algún familiar o aquellas personas que fueron víctimas de actos violentos por miembros de la familia.
Las experiencias de las constelaciones familiares han sacado a la luz que cada uno de nosotros se mueve en un campo espiritual y que nuestra familia de origen tiene un alma común. Ese alma sigue las leyes del orden del amor, que son las leyes de la vida y que comentamos en un artículo anterior. Es posible reconocer exactamente los límites de ese campo espiritual o de ese alma familiar para cada persona.
¿Quién en detalle pertenece a nuestra familia de origen?
En primer lugar,
debajo de todo, todos los niños, también los que nacieron muertos, los abortados, todos pertenecen a la familia.
En segundo lugar, un escalón más arriba, los padres y sus hermanos. Sólo sus hermanos, no sus cónyuges. Sólo pertenecen a la familia los hermanos de sangre de los padres, los tíos y las tías.
En tercer lugar, en el escalón siguiente, están los abuelos, sólo los abuelos, sin sus hermanos, a pesar de que aquí pueda haber excepciones de tíos abuelos o tías abuelas que han estado muy vinculados o con un destino muy trágico y con mucho peso dentro de la familia.
En cuarto lugar, en el próximo escalón más arriba, los bisabuelos y así sucesivamente...
Esto es fácil de entender, se trata de seguir la línea de los parientes consanguíneos con nosotros. y así sucesivamente…
Toda persona está conectada a una familia de origen y toma ciertos roles en la estructura familiar. Cada miembro de la familia, incluso aquellos que están ausentes por muerte o separación, están energéticamente presentes en el sistema familiar y afectan a los otros miembros. Los recién llegados al sistema familiar- los niños- se encuentran envueltos con el destino de miembros anteriores de la familia, y sin saberlo a un nivel consciente, pueden vivir implicados o condicionados por la vida de otra persona del sistema familiar.
Al llegar cada nuevo integrante a una familia, se hace portador de una herencia subjetiva enraizada en las profundidades del alma. Esta herencia psico-social, es transmitida a través del inconsciente colectivo, como la savia de los árboles hasta la última hoja, a cada integrante de la familia, de generación en generación.
Y cuando hablamos de herencia, no implica solamente la herencia de las dificultades familiares, como pueden ser: las heridas emocionales, pérdidas, enfermedades, secretos, deudas, situaciones no resueltas, o patrones disfuncionales que se repiten en varias generaciones.
Sino también, heredamos de nuestro sistema familiar, todos los recursos que hay en él, tales como: los talentos, dones, virtudes, capacidades, experiencias, fortalezas, expansión, desarrollo; y el tesoro más valioso que heredamos de todo el linaje que nos antecede… la vida.
El reconocimiento de todos nuestros recursos es lo que nos permite superar las dificultades, y evolucionar abriéndonos paso a la vida, como lo hicieron nuestros antepasados. Si en el inventario de los recursos tengo poco o nada registrado, paradójicamente, nuestra mochila, se vuelve más pesada; y el camino de nuestra vida, más difícil de transitar. Por ello es importante poner el foco de atención en lo que hay en vez de en la herida.
¿Quién forma parte de nuestra familia actual?
El hombre renuncia a su madre, la mujer renuncia a su padre, para poder necesitar a la pareja. La relación de pareja es el comienzo de una nueva familia.
En la nueva familia continuamos lo que experimentamos y vivenciamos en nuestra familia. Y de ese amor que crece en la nueva familia nacen los hijos. Pero así como el hombre y la mujer son diferentes y deben encontrarse como diferentes, para lograr la relación también deben encontrar y entenderse las familias diferentes de las que proceden.
“Las parejas se unen no solamente porque sus integrantes se aman como hombre y mujer, no es solamente el hombre el que mira a la mujer, es toda su familia que la mira y a veces esa familia deposita una esperanza en la mujer de ese hombre y en la familia de la mujer, para que a través de esa unión se logre un orden y no se dan cuenta.” Bert Hellinger
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En el caso de la soltería recalcitrante, lo primero que debe hacer aquel que tenga dificultades en la relación de pareja es observar a la persona de los padres que corresponda a su sexo.
Uno descubre la causa más común de los problemas de pareja cuando observa que esa relación se encuentra perturbada y sobrecargada. El no tener pareja es una compensación sistémica que indica una implicación, que el sistema necesita sanar.
La fuerza que le permite al hombre “ser hombre” en la pareja, proviene del padre y en el caso de la mujer, de la madre. La mujer que no está en orden con su madre, puede jugar con los hombres, pero no posee la fuerza femenina y adulta para lograr una relación duradera.
El amor se aprende y se repara con los padres. Cuando nuestro amor hacia los padres fluya, fluirá también hacia los demás.
Los pilares de la relación de pareja son el amor, el dar y recibir, la sexualidad, la intimidad (o intercambio afectivo) y la convivencia. La sensación de incompletud de nuestra vivencia de pareja es el motor de su evolución, de nuestro deseo de mejorarla y de nuestra creatividad al respeto.
En los años 70, hubo en España una gran oleada de niños adoptados. En algunos casos esos padres de adopción no les decían a esos niños que eran adoptados pero el alma de la criatura lo sabe, y lo manifiesta. Y comienzan los problemas ya que el niño siempre es fiel a su familia de origen. Si el origen no es respetado, el niño tampoco va a respetar a los padres adoptivos. Yo concretamente recuerdo un caso de un vecinito. Todos los niños del barrio sabíamos que era adoptado porque nuestras madres lo cuchicheaban y lo comentaban con las vecinas pero el niño NO; sus padres adoptivos se lo ocultaban. Era un secreto de la familia. Y los secretos hacen daño.
La separación y el divorcio
Una vez que veamos esto y hacemos un cambio interno, puede honrarse a esa persona, darle su lugar, reconocerla. Así, donde antes había desamor, ahora habrá orden y armonía. Ahora cada uno tendrá su lugar y se sentirá reconocido en la familia y socialmente, el grupo se vuelve más sólido, y nos sentimos más fuertes.
“Cuando se reconoce y se honra a los excluidos, éstos recuperan su derecho de hospitalidad y, en vez de atemorizarnos, nos aportan paz. Y nosotros, concediéndoles el lugar que les corresponde en nuestra alma, estamos en paz con ellos.” Bert Hellinger
La familia reconstituida
Hoy en día es muy frecuente la unión entre parejas que tienen hijos de relaciones anteriores. El nuevo grupo familiar, en muchos casos, se compone de los hijos de ambos o de alguno de los dos, por lo que se alteran los roles, ya sea el del padre o de la madre.
Cuando alguien contrae segundas nupcias, es importante aceptar la verdad de la existencia de las parejas anteriores de su cónyuge y darle su lugar.
Una segunda relación se logra sólo si el vínculo con la pareja anterior es reconocido y honrado, y si la pareja posterior guarda presente en la mente su posición de segunda pareja, en deuda con la primera. Eso permite a los hijos sentirse conectados con su padre/madre biológica. Y así, pueden sentir su alma completa, y no dividida.
El término "madrastra" o "padrastro" para denominar a las nuevas parejas de los padres, traen una carga emocional implícita en los hijos de ambos por considerarlos como "malos", y sobre todo, por creer que van a reemplazar a sus padres naturales. Sin embargo, si lejos de llegar a suplantar el lugar de la madre o el padre, las nuevas parejas ingresan al grupo familiar con su propio lugar, los hijos se calman y se sienten seguros.
La nueva unión debe ser consciente del pasado de su pareja, esto incluye, hijos y familia.
Con este reconocimiento se abre el camino a la paz y estabilidad del grupo familiar, ahora conformado por hijos propios y ajenos.
“Los niños felices son aquellos que son mirados por la madre y EL Padre a través de este niño ama también al padre; y el padre mira a los hijos y a través de ellos ama también a la madre” Bert Hellinger
La triste realidad es que existen muchas disfunciones en los hogares reconstituidos. Hijos que se sienten excluidos, en tierra de nadie, hijos de fin de semana o simplemente se perciben a sí mismos como “la patata caliente” que nadie quiere y pasa de mano en mano. O hijos que se sienten juez y parte en las desavenencias de sus progenitores, es decir, cargados con los problemas de sus mayores. Es importante tener presente que los secretos de alcoba pertenecen al ámbito de la pareja y no a la relación paterno filial.
“Un hijo no debe nunca conocer detalles que pertenecen a la relación de pareja de los padres.” Bert Hellinger
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A veces ciertas configuraciones estructurales "saltan a la vista", sugiriendo temas o problemas críticos para la familia. Un vistazo a la estructura del genograma suele mostrar la composición de la familia, es decir, si es una familia nuclear intacta, una familia con uno de los padres solamente, una familia que volvió a casarse, una familia de tres, etc.
Cuando se mira en su conjunto un genograma, se puede observar patrones que se repiten en el sistema como multitud de separaciones y/o divorcios, multitud de abortos, frecuencia en adoptar hijos, las mujeres por línea paterna están solteras, muertes prematuras, movimientos migratorios o pautas multi-generacionales de éxito o de fracaso. A modo de ejemplo incluímos el genograma de la Primera Ministra de la India, Indira Gandhi.
El genograma, al hacernos revisar nuestra historia familiar viajando por las diferentes generaciones, permite hacer un inventario exhaustivo de “todo” lo que hemos heredado, incluyendo lo fácil y lo difícil, lo ligero y lo pesado, las luces y las sombras; todo lo cual forma parte de nuestro patrimonio.
Las relaciones de pareja y la relación con uno mismo.
Las relaciones de pareja y la relación con uno mismo.
La relación de pareja es en realidad un espacio para poder aprender sobre uno mismo.
¿Y el enamoramiento? Esa experiencia, cuando sentimos mariposas en el estómago es maravillosa y hay que vivirla. El enamoramiento es muy bonito, pero no es amor. El enamoramiento genera dependencia. Después hay que transformarlo en amor, porque el amor genuino es aquel que te libera, te hace ser tu mismo.
Cuando me entiendo a mi,
En el fondo llevamos un bebé que echa de menos la unión, el amor incondicional cuando nuestras necesidades estaban cubiertas en el vientre de mama. El sentimiento de confluencia según la psicología evolutiva dura hasta los 8 meses de vida. En principio la mama y todo lo que existe a su alrededor está a su servicio para cubrir sus necesidades.
Todos llevamos ese niño interior que anela esa sensación de plenitud, el amor incondicional ese paraíso perdido que sentíamos en el vientre de mama. Lo busca en sus padres, como ellos no pueden cubrirlo porque también llevan lo suyo no resuelto. Además los padres tienen que frustrarlo para la sociabilización; esto forma parte del desarrollo sano del ser humano. Todo lo no solucionado con los padres durante la infancia, luego lo busca y lo reclama en la relación de pareja.
Todo lo que no ha colmado en la relación con los padres busca que la pareja lo cubra. Todos llevamos agujeros en el alma, partes que no se han desarrollado, que no están en plenitud y de alguna manera cada ser humano tiene en su interior un niño caprichoso que le exige a la pareja que cubra sus necesidades de cariño, de sentirse visto, y se siente con derecho de exigirle al otro miembro de la pareja que le de lo que necesita. Y así vamos a la pareja. Empieza la competitividad en la pareja que destruye la relación.
La relación de pareja es el reflejo de la relación con uno mismo.
Cuando el niño o la niña herida que habita en nuestro interior espera inconscientemente que el otro le llene sus huecos del alma, surgen los problemas y cargamos al otro.
Una relación de pareja es un acuerdo entre dos adultos y no la incondicionalidad materno o paterno filial que a veces anhelamos....esa mama y ese papa perfecto que cubra nuestras necesidades y que sentimos que no tuvimos. En la medida que acepto a mis padres y a mi infancia tal y como fue, dejo de exigirle a la pareja.
La solución pasa porque cada uno tome a su niño/a interior en sus manos y se haga cargo cada uno de las necesidades que tiene en vez de volcarlo en la pareja. Si el otro miembro de la pareja hace lo mismo, la relación fluye en armonía.
Cuando buscamos que la otra persona nos haga felices, porque nosotros no somos capaces de hacernos felices por nosotros mismos, esa es la clave para que la pareja rompa. Es importante estar bien con uno mismo y conocerse uno mismo, para que pueda funcionar nuestra relación de pareja.
Cada persona para convertirse en un adulto sano tiene que convertirse en el padre y la madre ideal de si mismo y acabará transformándose en un manantial de abundancia.
Cuando una persona se desconce a sí misma es imposible establecer una relación sincera y verdadera con el otro. Si me desconozco, estoy en el autoengaño. La pareja me expone y me obliga a sacudir el polvo de mi propia alfombra; se levanta una polvadera y a los otros generalmente tampoco le gusta mirarlo, porque le recuerda su propia polvareda que no quieren mirar y surge el conflicto.
Recuerda que el destino determina quién entra en tu vida y que depende de ti decidir quien quieres que camine a tu lado, a quien permites que se quede, y a quien quieres dejar ir. Esa es tu responsabilidad.
Estar solo es una forma de conformismo. Prefiero resignarme y estar solo en vez de mirar lo que hay dentro de mí. Ver lo doloroso, lo que se ha ocultado. El verdadero trabajo con uno mismo está relacionado con una actitud valiente y no mediocre.
Para llegar a una relación de pareja primero tienes que resolver la relación contigo mismo. Una relación funciona cuando las dos personas están en un grado similar de evolución, de autoconocimiento y de “limpieza”. A veces, las relaciones se sostienen desde el conformismo y el autoengaño. También es una actitud aprendida, lo que suelen hacer los otros.
Una relación de pareja basada en el amor es una relación basada en la responsabilidad, cuando la persona asume las consecuencias de sus pensamientos y de sus emociones y no le exiges al otro. Se la reconce porque no hay exigencias ni condiciones. Eso significa que cada persona se está apoyando en sus propios pies, se siente entera y entonces se puede dar el compartir. No espera que el otro venga a salvarle, a complementar su carencia y a cubrir su deseperación.
Cuando dependes de alguien es imposible que le ames. Te conviertes en el vigilante de sus actos, cuando te sientes un compañero, la relación es auténtica, real y se establece el equilibrio en el dar y recibir.
¿Cómo encontrar pareja? ¿Cómo distinguir una relación auténtica? Son aquellas que aparecen cuando estás haciendo lo que deseas para ser feliz, no aquellas que buscas para ser feliz. Haz lo que te apasiona, lo que te completa, y aparecerá la persona adecuada a ti.
Pero lo cierto es que arrastramos los patrones y las creencias que aprendimos en la infancia sobre nosotros mismos los demás y el mundo que nos condicionan. Inconscientemente me atraen las personas que fortalecen mis patrones de pensamiento. Si yo siento “yo no valgo”, surgirán personas que me lo harán sentir. Luego me bloqueo y desarrollo defensas para bloquear el dolor pero no para resolver el problema.
Algunos reconocen su problema, otros lo proyectan fuera: “Son los otros lo que me hacen daño a mí y yo estoy bien”.
Una relación “especial” es un intento de encontrar el consuelo y la paz de la devastación interna que siento por mis propias creencias. Cuando tratas de encontrar a alguien que amortigüe tu propio dolor. Es una fantasía.
Para entenderte a ti mismo es necesario dejar de temer al amor y atreverte a experimentarlo en todas las interpretaciones que el ego te mostrará. El amor no duele, lo que duele es la expectativa que generaste a su alrededor.
Llegar a la armonía total en una pareja requiere tiempo, consciencia y voluntad. El amor es necesario, por supuesto, es imprescindible pero hace falta también consciencia y sabiduría.
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